sábado, 3 de enero de 2009

"EL ÚLTIMO QUE APAGUE LA LUZ"


Bajas K

La rebelión de los progres

Están enojados porque el Gobierno se volcó al PJ y critican la alianza con Aldo Rico.


Fueron la base de sustentación del primer kirchnerismo y hoy están en retirada. Espantados por las últimas medidas que tomó el Gobierno, un sector del progresismo empezó a huir del amparo K. Las últimas resoluciones que se tomaron desde la Casa Rosada fueron la clave del alejamiento: no cayó bien la ley de blanqueo y menos la moratoria impositiva que hará caer más de 3.000 juicios iniciados por la AFIP a grandes evasores. Tampoco fue bien recibido el veto a la ley de Glaciares y la polémica alianza que forjó el kirchnerismo con el ex carapintada Aldo Rico en San Miguel. Además, desde el progresismo se sintieron decepcionados por la decisión de Néstor Kirchner de aglutinarse bajo el ala del PJ. “No nos sentimos representados”, se quejan.Adiós. Las bajas del progresismo son significativas. Ya se alejaron del Gobierno la diputada Vilma Ibarra y su colega y nieta recuperada Victoria Donda. Vilma, la novia del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, votó en contra de los últimos proyectos importantes que impulsó el Gobierno. Se opuso al megaplán de blanqueo y moratoria y durante la votación de la reestatización de las AFJP se fue de luna de miel a Europa con su novio Alberto.En el Gobierno, el gesto cayó pésimo y aprovecharon para pasarle facturas al ex jefe de Gabinete, a quien culparon por la escapada de Vilma justo cuando necesitaban su voto. La diputada critica la “pérdida de contacto con la sociedad” y ya armó un bloque autónomo con los diputados Ariel Basteiro, Cecilia Merchán y Victoria Donda. La hija de desaparecidos, que además integra la agrupación Libres del Sur, también se alejó del Gobierno dando un portazo. Sus criticas apuntaron a la pejotización del kirchnerismo y, sobre todo, al apoyo de la Casa Rosada a la candidatura de Aldo Rico en San Miguel. Como representante de agrupaciones de izquierda pegó donde más le duele al Gobierno: “Hay un viraje a la derecha”, se quejó antes de irse. Alberto Fernández, que aún se define como kirchnerista, también se sumó a las criticas por el apoyo a Rico. “No puedo compartir un espacio con el ex militar que es una afrenta a la democracia”. El diputado Miguel Bonasso es otro de los que empezó su alejamiento del Gobierno. Su desacuerdo es amplio, pero el punto de quiebre se dio con el veto de Cristina a la Ley de glaciares que había impulsado Bonasso. El proyecto buscaba proteger a los glaciares como reservas hídricas estratégicas y se oponía a las explotaciones mineras que podrían destruirlos. El veto de la Presidenta enojó al diputado. “Me siento defraudado por los Kirchner”, dijo. Bonasso cree que el Gobierno se dejó llevar por el lobby minero que busca realizar explotaciones en las zonas de glaciares. Otro de los puntos que critica el diputado es el refugio en el PJ que terminó de sepultar las alianzas con los sectores progresistas y el apoyo al ex carapintada Rico.Chau piquetes. Jorge Ceballos y Humberto Tumini fueron, junto a Luis D’Elía, la camada de piqueteros que llegó a ocupar cargos en el Gobierno nacional. D’Elía se fue tras apoyar públicamente a Irán en la causa AMIA, pero hoy sigue siendo un soldado fiel del Gobierno. En cambio, Ceballos y Tumini se fueron espantados. ¿Los motivos? Que Kirchner se refugió en el PJ y, según denuncian, el crecimiento del hambre y la pobreza. “Tenemos cada vez más chicos en los comedores, este no es el proyecto al que nos habían invitado”, se quejó Tumini. Hace veinte días los piqueteros renunciaron a los cargos que tenían en el Ministerio de Desarrollo Social que conduce la hermana Alicia Kirchner. Ceballos era el subsecretario de Organización y Capacitación Popular y Tumini se desempeñaba como secretario general del Consejo Federal de Derechos Humanos. Antes de irse dejaron una frase de despedida: “El Gobierno dejó de ser progresista”.El ex jefe de Gobierno porteño y actual legislador, Aníbal Ibarra, también cortó relaciones con el kirchnerismo. Al ex presidente no le gusta la relación que mantiene con Alberto Fernández –el novio de su hermana Vilma– y considera que el legislador porteño lo traicionó tras su apoyo en el proceso que terminó con su destitución como jefe de Gobierno. Ibarra considera que el único que lo apoyó en ese momento fue su cuñado Alberto. En la Legislatura porteña, Kirchner dejó trascender que Ibarra era el límite para forjar alianzas. El ex jefe de Gobierno le respondió con todo y dijo que la sociedad “esperaba otra cosa de Cristina” y que nunca haría una alianza con el PJ porque “son los que juegan de oposición en la Ciudad y acuerdan por debajo de la mesa con el macrismo”. Sus declaraciones terminaron de cerrarle las puertas del Kirchnerismo.La última en irse fue la legisladora Gabriela Cerruti. La ex ministra de Derechos Humanos durante la gestión de Jorge Telerman en la Ciudad, anunció que se alejaba del bloque del Frente para la Victoria en la Legislatura por “diferencias con sus compañeros de banca”. A Cerruti, que tiene una excelente relación con Ibarra, no le cayeron bien las críticas del ex presidente y por eso salió a defenderlo: “No puede ser que Ibarra sea un límite. En todo caso, nuestro límite debería ser Rico”.Otros casos. El primer dirigente progresista que abandonó el kirchnerismo fue el ex intendente de Córdoba, Luis Juez. El alejamiento se produjo cuando Kirchner decidió apoyar a Juan Schiaretti, rival de Juez, como candidato a la gobernación de Córdoba. Hoy, Juez mantiene una alianza con la titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y cada vez que puede aprovecha para criticar al Gobierno.La ministra de Salud, Graciela Ocaña, no para de hacer equilibrio entre las críticas y su apoyo al kirchnerismo. Logró desplazar al recaudador y ex superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli, y en una entrevista con el diario La Nación le pidió al Gobierno “volver a las bases”. El éxodo de dirigentes progres avanza. Nada indica que vaya a detenerse.(FUENTE REVISTA NOTICIAS)

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